Pasada la Navidad, falta un día para que acabe el año, y para que os de tiempo de sobra, publico la entrada de la receta de nuestro tradicional "Roscón de Reyes."
He estado probando con varias recetas, y de todos los roscones que he hecho, entre el pasado año y este, me quedo con dos recetas, una, la de Iban Yarza, de "El foro del pan" y otra, una receta de la bloguera "Kanela y limón."
A ambas le he hecho las modificaciones que he considerado oportunas para que me quede aún más jugoso, si cabe, y por ejemplo, en ésta, añadir un pelín menos de leche, para así, no tener que añadir más harina (quedaría más seco) y poder, de esta manera, manejar mejor la masa con las manos...
Estamos ya un poco hartos de comidas abundantes, de muchos postres y turrones, pero bueno, el roscón, es el roscón, y además, pone el punto y final a las fiestas navideñas... Así que, con ésta excusa nos vale para decidirnos a prepararlo, ¿no?... Jejeje...
Vamos con la receta, es una variación mía de la receta de roscón de Iban Yarza, como ya os he dicho antes, uno de mis panaderos preferidos.
Aunque veáis que es con masa madre, que haremos previamente, a ser posible, un día antes, no os desaniméis, no es complicado, de verdad, lo único que necesita el roscón, es mimo, y tiempo, o sea, paciencia... :)
Ingredientes:
Masa madre:
90 gr. de harina de fuerza; 50 gr. de leche entera, y 10 gr. de levadura fresca de panadero.
Elaboración:
Deshacemos la levadura fresca en la leche, ésta, debe estar templada, y, si la metemos unos segundines en el microondas, la desharemos mejor.
Mezclamos con la harina, y amasamos un poquito con las manos, hasta que esté manejable.
Dejamos reposar la bolita de masa madre de un día para otro en la nevera, en un bol, tapadito con film. (Si no andamos muy sobrados de tiempo, podemos dejarla un mínimo de dos o tres horas, o hasta que haya doblado su volumen, en una habitación caldeada, y el bol tapado con un trapo limpio.)
Ingredientes Masa Roscón:
80 gr. de leche; 2 huevos grandes; 2 cucharadas de agua de azahar; 2 cucharadas de ron añejo; 340 gr. de harina de fuerza; 15 gr. de levadura fresca de panadero; 115 gr. de azúcar; la masa madre preparada con anterioridad; una pizca de sal; ralladura de un limón y de una naranja, y la piel de otra naranja y otro limón para hacer una infusión con la leche; y por último, 70 gr. de mantequilla sin sal.
Elaboración:
Primero prepararemos la infusión, con la leche y la piel de una naranja y de un limón, cuidado al pelar las frutas, y no añadir a la leche la parte blanca, pegada a la piel, ya que amarga bastante.
Dejamos cocer la leche hasta que hierva, teniendo la precaución de cocer siempre un poco más, para que la cantidad justa que echemos después, para preparar la mezcla, sea exactamente de 80 gr. de leche.
Si usáis panificadora para amasar, como yo, ir añadiendo los ingredientes líquidos primero, o sea, la leche colada, que previamente hemos infusionado con la piel de la naranja y el limón, los huevos, ligera, y previamente batidos, las cucharaditas de ron y de agua de azahar.
Después añadiremos el azúcar, la pizca de sal (en una esquinita, para que no se junte con la levadura, ya que entonces no tendría el efecto deseado) y la harina, en la que habremos deshecho la levadura fresca.
Empezamos a mezclar todo con el programa de sólo amasado. Cuando lleva un ratito, unos minutos, vamos añadiendo, partida a trocitos, la masa madre que preparamos el día anterior, y que habrá crecido generosamente.
Seguimos amasando. En mi programa de amasado, como incluye también levado de la masa, lo que hago, es que voy poniendo el programa de amasado una y otra vez, para que sólo amase, y así, aproximadamente 15 minutos.
Cuando veamos que ya está todo mezclado, añadimos, ya por último, la mantequilla, que está blandita, por estar a temperatura ambiente, en daditos previamente cortados. Y de nuevo amasamos...
El tiempo de amasado va a depender de cómo veamos la masa, tiene que estar un poco pegajosa, un pelín, lo justo para que nos cueste un poco amasar con las manos, pero que no sea una masa tan líquida que sea imposible y necesite más harina, pues, por este motivo, es una masa jugosa después del horneado.
Yo, amaso durante diez minutos, aproximadamente. Si veis que la masa se despega con facilidad de las paredes de la panificadora es que ya está.
En caso de no disponer de amasadora, también se puede hacer, lógicamente, cuesta más, pero se puede.
Y por último, añadimos la mantequilla cortada a trocitos. Y amasamos de nuevo, un cuarto de hora más o menos.
Costará, pero veréis, que después de un rato, se va amasando mejor.
Si aceitamos nuestras manos, nos costará menos.
La masa del roscón es una masa un poco más pegajosa que otras, y, por lo tanto, más difícil de trabajar, precisamente por eso va a ser después un roscón súper esponjoso. Sólo hay que tener paciencia, y con cuidado, obtendréis una masa lisita y brillante. Ya os he comentado que yo siempre me aceito las manos un poco, para así, trabajar mejor.
Dejamos fermentar hasta que doble el volumen, dentro de un bol, por ejemplo, cubierto con film, o con un trapo, de dos a tres horas, según la temperatura... También podéis dejarla toda la noche en el bol, tapado con film, dentro del frigo, y a la mañana siguiente, sacarla, amasar un poco, para quitar el aire, y ya hacer la forma de roscón, y dejar que haga el segundo fermentado.
Para hacer este segundo fermentado, y segundo tiempo de reposo de la masa, lo que os expliqué antes: Si la hemos dejado toda la noche en la nevera, la sacamos, y amasamos un poco, para quitarle el gas, antes de darle forma al roscón. Si no la habéis dejado toda la noche, si no unas horas, fuera de la nevera, tapadita, comprobáis que ha doblado el volumen, y lo mismo, amasamos previamente, y ya, nos disponemos a dar forma de roscón.
Yo, para evitar amasar con harina, me pongo aceite de oliva en las manos, así no enharino de nuevo la masa, por lo tanto, el futuro roscón estará más jugoso, y de paso, además de evitar echar harina, manejo mejor la masa, y la dejo con un poquito de brillo.
La dejamos reposar unos diez minutillos, y ya, por fin, damos forma de roscón, haciendo un agujero en medio de la masa, con los dedos, y girándola, para que se vaya formando con el propio peso al caer... Todo esto lo vamos haciendo con mimo, cuidado, y poquito a poco.
Cuando esté ya con la forma deseada y estirado, lo colocamos sobre un papel de horno y pincelamos con huevo batido, al que habremos añadido un par de cucharadas de leche, así daremos más brillo. También, yo lo hago, añado un sobrecito de azúcar avainillado a la mezcla de huevo y leche.
Dejamos reposar de nuevo, hasta que vuelva a doblar el volumen, otro par de horitas aproximadamente.
Pasado este tiempo, verás como ha crecido. Estará gordito y liso, y si no hemos dejado un agujero grandecito, igual nos hemos quedado sin agujero en el roscón, o si nos ha quedado pequeñito, terminará de cerrarse al calor del horno, por lo que os sugiero que dejéis un buen agujero central, o, pongáis, por ejemplo, un aro de emplatar, untado en aceite, en medio, que resista la temperatura del horno, para evitar que eso pase.
Yo no lo hago, porque me gusta más que quede la naturalidad de un agujero un poco imperfecto, para que se vea que es casero. Pero ya os digo, si tenéis la precaución de hacerle un buen agujero central, alargadito, no tiene por qué cerrarse.
¡Ah! ¡Se me olvidaba! Cuando poséis el roscón en el papel de horno, para dejar que haga el segundo fermentado, es el momento de meter la sorpresita, o la haba, lo que queráis. Levantáis un poquito la masa, y lo introducís por debajo. O, si vais a rellenarlo, también podéis meter la sorpresa cuando abráis el roscón por el medio para rellenar de nata, crema o trufa. Es otra opción... ;)
Pasado el tiempo del último reposo, pintamos con huevo de nuevo y decoramos al gusto: Con frutos secos picados, con fruta escarchada, con azúcar perlado o granulado, en fin... Lo que más os guste...
Ya toca meterlo al horno precalentado a 200º, con calor arriba y abajo, unos 18 minutos. Pasados los diez primeros, podéis bajar la temperatura a 180º. Yo lo hago así, pero cada horno es un mundo...
Si vemos que se nos está dorando mucho por arriba, podemos ponerle por encima papel de aluminio, o papel de horno, hasta que termine de hacerse. No me gusta mucho hacer eso, porque implica abrir el horno, cosa que no debe hacerse, pero bueno, antes de que se nos chamusque por arriba, es un remedio...
Una vez horneado, dejamos enfriar el roscón sobre una rejilla. Y, una vez frío por completo, podemos abrirlo y rellenarlo de nata, o trufa, por ejemplo, o, dejarlo sin relleno, porque, siendo un bollito, tipo brioche, tan tierno, os gustará igualmente.
Pero bueno, para los amantes de los roscones rellenos, os dejo la receta de la nata montada, para que os quede bien durita, y que aguante el peso de la parte de arriba del roscón.
Ingredientes:
Un tetra brick de 500 ml. de nata para montar con materia grasa mínimo del 35,1 %. (Yo uso "La Asturiana"), azúcar glass, por ejemplo, para 500 ml. de nata, podéis añadir 75 gr. ó 100 gr. si os gusta con sabor más dulce; estabilizante (16 gr.).
En la receta de tronco de navidad, que publiqué hace unos días, ya os expliqué que el truco para montar la nata es el frío. La nata debe estar muy fría, y tanto el bol donde la montemos, como las varillas de la batidora, también, yo lo pongo todo en el congelador media horita antes.
También, un truquillo, para que la nata nos quede dura es usar una cucharadita de estabilizante, yo la compro en tiendas de repostería.
También, un truquillo, para que la nata nos quede dura es usar una cucharadita de estabilizante, yo la compro en tiendas de repostería.
Si queremos evitar el estabilizante, y queremos que nos quede una nata durita y bien montada, podemos añadir gelatina neutra, un sobrecito, disuelta en 50 gr. de leche, a mi, particularmente, no me gusta mucho, pues si no la deshaces bien, quedan bolitas gelatinosas, y no me termina de convencer, pero, a quién le salga bien disolverla por completo, es una opción buena. O, también, se puede añadir unas cucharadas de queso, tipo Philadelphia, entero, a la nata, y éste, actuará de estabilizante natural... Y también queso mascarpone. Pero ya, si de por sí, la nata tiene un montón de calorías, con el queso, ni os cuento... Aunque, para mi gusto. Le da un sabor tan rico, que, si os lo podéis permitir, hacerlo, os gustará, seguro... ;)
Como veis, hay varias opciones... Elegir la que más os convenza...
Si queremos, con esta misma mezcla, podemos preparar trufa, simplemente, añadiendo unas cucharadas de cacao puro en polvo, por ejemplo, Hemsley, o Valor. Por ejemplo, para medio litro de nata, le podemos añadir 4 cucharadas de cacao, y seguimos batiendo un minuto más hasta integrarlo todo. No os paséis con batirlo de más, o nos quedará como la mantequilla...
Bueno, y hasta aquí la receta de nuestro roscón de reyes casero, y súper rico y jugoso.
Espero que os animéis a hacerlo y me contéis qué tal la experiencia...
Si puedo, en unos días, publico la otra receta de roscón que he hecho, y que también me ha gustado mucho como me ha quedado.
Y ahora, para despedirme de vosotros, y del año que se acaba, os pongo una frase que me enviaron el otro día y me gustó, es de las típicas que se mandan en cadena, pero bueno, os lo deseo de verdad:
Os deseo dos cosas en la vida: TODO y NADA. Todo lo que os haga feliz, y nada que os haga sufrir... ¡Feliz Año!"
Ojalá, a pesar de las circunstancias, podamos tener momentos dulces... ;)
¡¡¡Muuuuuacks!!!
Siempre dulce cocinillas...
Ruth, que buena pinta tiene ese roscón. Guárdame un trocito que yo pongo el chocolate caliente.
ResponderEliminarFeliz año!!!!
Un beso
Genial Leticia!! Feliz año, bonita!! Muacks!!
Eliminar